
Hace algún tiempo, navegando por la red, descubrí una auténtica joya: se trata del estudio personal de Sandy Foster en Catskills, New York, y constituye una verdadera obra de arte del reciclaje, ya que la propia Sandy restauró por completo con sus propias manos una vieja cabaña que servía como refugio de caza -sin cocina, baño ni chimenea-, a fin de convertirla en su pequeño paraíso privado.
La cabaña antes
de la restauración
Para que las románticas incurables (como yo) se deleiten, les dejo el enlace a una sesión de fotos realizada por The New York Times, donde se aprecian algunos detalles de construcción y decoración. Sólo como muestra, aquí van un par de panorámicas interiores de esta maravilla, si les gusta y quieren ver más detalles, los invito a visitar el blog...
