Llueve en la ciudad; tarde complicada para trabajar en el taller -que se encuentra en parte al aire libre-, pero en cambio ideal para empezar a contarles (mientras saboreo una taza de delicioso té de durazno) acerca de algunos libros muy especiales, que se han convertido en compañeros inseparables de mi aventura cotidiana.
En primer lugar, debo rendir tributo a una fabulosa escritora cuya obra conocí de forma absolutamente "casual" hace años, y desde entonces hasta ahora se ha transformado en una especie de guía y consejera para el redescubrimiento de los pequeños placeres de la vida. Su nombre es Sarah Ban Breathnach, es norteamericana por nacimiento pero actualmente reside en la Inglaterra rural, más precisamente en lo que solía ser la capilla privada del ilustre Isaac Newton (y que ella restauró como su maravilloso hogar del alma), y tiene la increíble habilidad de encontrar fuentes de entusiasmo y alegría en las cosas más sencillas, desde una receta de cocina o de limpieza doméstica hasta un paseo por la playa y desde un poema o una película hasta una caja de sombreros antigua o un collar de finas perlas...
Cierta tarde, mientras buscaba gangas literarias en la mesa de ofertas de una céntrica librería de Maldonado, descubrí un libro grueso -tiene más de 500 páginas- con un llamativo título: "El encanto cotidiano". Al dar un vistazo a la contratapa, me topé con frases como esta: "Concebido como compañero de ruta a lo largo de un año, "El encanto cotidiano" celebra la espiritualidad de los sentidos, mes a mes y estación a estación. La autora cree que las mujeres están dotadas de siete sentidos, no de cinco. Por lo tanto, además de redescubrir la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto, aprenderán a confiar en su intuición e incrementarán su capacidad de asombro y veneración. [...] Sarah Ban Breathnach estimula a las lectoras a descubrir qué las emociona, qué eleva su espíritu y las anima a complacerse en los regalos de la vida cotidiana que con frecuencia se pasan por alto. Los consejos, ideas y reflexiones de este libro contribuirán, sin duda, a que sus lectoras se enamoren de la vida".
Desde luego, ninguna mujer que se precie desoiría semejante invitación; así que me llevé el libro a casa por el irrisorio precio de ciento veinte pesos uruguayos (unos seis dólares norteamericanos); pero aún tardé algunas semanas en tomarme el tiempo necesario para comenzar su lectura. No obstante, cuando lo hice fue como entrar en un verdadero país de maravillas: se trata de una serie de lecturas cortas, ordenadas para ser leídas de acuerdo a los meses del año, donde la autora transita por caminos tan disímiles como la literatura, el cine, la decoración, la moda, la cocina, la belleza, la magia práctica, la metafísica y muchas otras "artes femeninas" imposibles de enumerar, y lo hace con tal profundidad, frescura, gracia y franqueza que de inmediato me sentí no solamente identificada con su estilo apasionado y optimista de encarar la vida, ¡sino de algún modo "empujada" a seguir su ejemplo!
Si bien se dice que es un libro "estacional" y que está pensado para leerlo a lo largo de un año, del mismo modo que a ella le llevó casi tres escribirlo, a mí aún me sorprende con nuevos descubrimientos después de tres años leyéndolo una y otra vez. De su mano conocí varias de mis actuales pasiones, como el scrapbooking o el shabby chic; pero también me ayudó a desempolvar viejas aficiones como la magia y la repostería, a practicar hábitos muy enriquecedores para el Alma como el diario de agradecimientos, o a husmear en las vidas de personas increíbles que vivieron siglos atrás, como la reina Leonor de Aquitania o el mismo sir Isaac Newton... El libro es, en suma, una invitación a redescubrir la propia sensualidad, que de hecho ella llama "esensualidad" (como resultado de unir las palabra esencia + sensual) y transformar cada día en una fuente de placer cotidiano; cada poema, receta, anécdota, te lleva de la mano a sentirte una mujer plena, sin importar el estado o condición en que te encuentres.
Si bien se dice que es un libro "estacional" y que está pensado para leerlo a lo largo de un año, del mismo modo que a ella le llevó casi tres escribirlo, a mí aún me sorprende con nuevos descubrimientos después de tres años leyéndolo una y otra vez. De su mano conocí varias de mis actuales pasiones, como el scrapbooking o el shabby chic; pero también me ayudó a desempolvar viejas aficiones como la magia y la repostería, a practicar hábitos muy enriquecedores para el Alma como el diario de agradecimientos, o a husmear en las vidas de personas increíbles que vivieron siglos atrás, como la reina Leonor de Aquitania o el mismo sir Isaac Newton... El libro es, en suma, una invitación a redescubrir la propia sensualidad, que de hecho ella llama "esensualidad" (como resultado de unir las palabra esencia + sensual) y transformar cada día en una fuente de placer cotidiano; cada poema, receta, anécdota, te lleva de la mano a sentirte una mujer plena, sin importar el estado o condición en que te encuentres.
Intentaría describir con palabras todo lo que este libro ha representado en mi vida, y cuánto me aporta y enriquece todavía (¡aunque está casi lleno de subrayados y comentarios escritos al margen!), pero ya me extendí demasiado, así que sólo les dejo pendiente la invitación para descubrir "El encanto cotidiano" y vivir UN AÑO DE ESPLENDOR Y SENCILLEZ (sigue de oferta en muchas librerías de Montevideo, lo sé porque he comprado un par para regalar a mis amigas). Ah, y prometo de vez en cuando transcribir algunos párrafos a modo de "aperitivo"...
PD: Como hay muchas referencias a las estaciones del año, para las lectoras del Hemisferio Sur sugiero hacer caso al consejo que da la editora en las primeras páginas y buscar las correspondencias de los meses relativos a cada estación (yo lo hice y me dio muy buen resultado salvo Diciembre, que por tratarse casi exclusivamente de la Navidad, no tiene sentido leerlo en junio!)
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