¿Qué tal, mis amigas? Hoy me propuse comenzar una serie de entradas relacionadas con mis atuendos favoritos, los que voy a ir presentando poco a poco con la invalorable colaboración de mi nueva asistente y "modelo estrella" Amélie, a quien conocieron en el post anterior.
¿Recuerdan cuando -hace ya un tiempo- reflexionaba sobre la necesidad de un cambio de imagen, y cómo había descubierto que mis gustos actuales en materia de ropa se aproximaban bastante a lo que hoy llaman boho-chic? Bueno, desde entonces he estado trabajando bastante para incorporar a mi guardarropa unas cuantas prendas inspiradas en ese estilo; pero en el camino, he descubierto elementos de otros estilos que también me fascinan... de modo que al fin decidí no sujetarme a las reglas de ningún "preconcepto", sino sentirme libre de elegir todo aquello que hace cantar a mi corazón y combinarlo según mi propio gusto, independientemente de que los demás luego le pongan una u otra etiqueta (¡y esto vale también para la decoración de mi futura nueva casa!) Así que de acuerdo al criterio del espectador, mi vestimenta podrá ser calificada como bohemia, gypsy, prairie, romántica, victoriana o provenzal, según el caso... Yo lo llamo simplemente "estilo Kassandra" :)
Eso sí, hay una única regla en este juego personal: conseguir el look deseado con el mínimo de dinero posible. No critico a quienes gastan pequeñas fortunas cada temporada para estar a la altura del dernier cri; cada quien tiene sus propios caprichos y sabe hasta dónde estirar su presupuesto. En mi caso, desde muy niña aprendí que la ropa se reciclaba (eran épocas difíciles, y recibir en herencia los vestidos, pantalones y suéteres de las primas mayores resultaba totalmente natural), y durante años vi a mi madre afanarse ante la máquina de coser para confeccionarnos a mi hermana y a mí "nuevas" prendas remozando cualquier ropa usada que cayera en sus manos. De ahí que con frecuencia, nuestro vestuario difiriera bastante del de otras chicas que compraban su ropa en las boutiques de moda; pero entonces entraba en juego la brillante persuasión de mamá, que nos convencía acerca de la importancia de ser original y exclusivo en vez de simplemente "seguir al rebaño"...
Fue así que con los años me vi frente a una situación paradójica: aún cuando gracias a mi profesión disponía de un ingreso económico suficiente para comprarme lo que quisiera, me había acostumbrado tanto a aquello de la "originalidad" ¡que nunca encontraba nada de mi gusto en las tiendas! Todo me parecía aburrido, vulgar y repetido; y aún cuando acabara comprando alguna prenda, generalmente llegaba a casa directo a reformarla para adaptarla a lo que realmente tenía en mente... Por esa época descubrí además las llamadas "ferias americanas", donde se podía conseguir ropa usada importada, generalmente de buena calidad y a precios sumamente accesibles; y entre lo que conseguía en ellas y lo que yo misma me cosía, fui armando un guardarropa elegante, sofisticado y profesional, pero por sobre todo, "muy YO".
Hoy por hoy algunas cosas han cambiado: tengo unos añitos más, soy una mamá y una artesana de tiempo completo (que sale muy poco de casa, además) y como consecuencia, me manejo con un presupuesto limitado. Ello implica que, más que nunca, deba apelar al ingenio y a la creatividad para vestirme de la forma que me gusta: renovar las prendas que ya poseo, ir siempre con el ojo atento por las ferias barriales y las tiendas de segunda mano, y reciclar cuanto retazo de tela aparezca por ahí.
El atuendo que les voy a mostrar hoy es un perfecto ejemplo de todo eso. Hace unos meses encontré en Pinterest un precioso vestido blanco de verano que me hechizó:
Debo confesar que de estos sí se encuentran actualmente en los shoppings, porque están muy de moda y porque además son frescos y prácticos ya sea para estar en casa o para ir a la playa. Pero su precio, aún en época de rebajas, no es nunca inferior a U$S 40 (a los efectos de que puedan ser comprendidos por lectoras de todos los países, de aquí en más voy a mencionar los precios en dólares americanos). Así que, tras pensarlo un poco, recordé que tenía guardada en el ropero una hermosa pollera hindú de gasa blanca con puntillas, que compré muy barata en una subasta por Internet pero que no usaba casi nunca porque era demasiado larga (¡al menos para mí, que mido apenas 1,60 m!); y también que algunos domingos atrás había conseguido en un puesto callejero una blusa sin mangas que me calzaba bien hasta la altura del busto, pero quedaba demasiado ajustada en la cintura y caderas... Solución: descosí la parte superior de la blusa y la uní a la pollera (a la que previamente le había quitado la pretina); en la espalda realicé varias costuras paralelas con hilo elástico para darle entalle, y esto es lo que salió:
Lindo, ¿verdad? (no quiero pecar de falsa modestia: ¡me gusta incluso más que el original!) Como verán, decidí agregarle algo de brillo...
...y para las tardecitas de verano en que refresca un poco, lo acompañé con un hermoso chal tejido al crochet (también comprado en un puesto callejero).
¿No les parece preciosa esta romántica chalina con vaporosos vuelos? Pues la hice yo misma de un viejo mini-vestido que tenía "para donar", siguiendo las instrucciones del video que encontré aquí... ¡y en menos de media hora! (estoy considerando seriamente realizar otras para incluir en el inventario de mi futura tienda virtual...)
No sé lo que piensen ustedes, pero yo estoy encantada con el resultado... y Amélie con su sesión de fotos!
Bien, con esto me despido hasta nuestro próximo encuentro creativo. Estaré compartiendo esta entrada a lo largo de la semana en:
¿Recuerdan cuando -hace ya un tiempo- reflexionaba sobre la necesidad de un cambio de imagen, y cómo había descubierto que mis gustos actuales en materia de ropa se aproximaban bastante a lo que hoy llaman boho-chic? Bueno, desde entonces he estado trabajando bastante para incorporar a mi guardarropa unas cuantas prendas inspiradas en ese estilo; pero en el camino, he descubierto elementos de otros estilos que también me fascinan... de modo que al fin decidí no sujetarme a las reglas de ningún "preconcepto", sino sentirme libre de elegir todo aquello que hace cantar a mi corazón y combinarlo según mi propio gusto, independientemente de que los demás luego le pongan una u otra etiqueta (¡y esto vale también para la decoración de mi futura nueva casa!) Así que de acuerdo al criterio del espectador, mi vestimenta podrá ser calificada como bohemia, gypsy, prairie, romántica, victoriana o provenzal, según el caso... Yo lo llamo simplemente "estilo Kassandra" :)
Eso sí, hay una única regla en este juego personal: conseguir el look deseado con el mínimo de dinero posible. No critico a quienes gastan pequeñas fortunas cada temporada para estar a la altura del dernier cri; cada quien tiene sus propios caprichos y sabe hasta dónde estirar su presupuesto. En mi caso, desde muy niña aprendí que la ropa se reciclaba (eran épocas difíciles, y recibir en herencia los vestidos, pantalones y suéteres de las primas mayores resultaba totalmente natural), y durante años vi a mi madre afanarse ante la máquina de coser para confeccionarnos a mi hermana y a mí "nuevas" prendas remozando cualquier ropa usada que cayera en sus manos. De ahí que con frecuencia, nuestro vestuario difiriera bastante del de otras chicas que compraban su ropa en las boutiques de moda; pero entonces entraba en juego la brillante persuasión de mamá, que nos convencía acerca de la importancia de ser original y exclusivo en vez de simplemente "seguir al rebaño"...
Fue así que con los años me vi frente a una situación paradójica: aún cuando gracias a mi profesión disponía de un ingreso económico suficiente para comprarme lo que quisiera, me había acostumbrado tanto a aquello de la "originalidad" ¡que nunca encontraba nada de mi gusto en las tiendas! Todo me parecía aburrido, vulgar y repetido; y aún cuando acabara comprando alguna prenda, generalmente llegaba a casa directo a reformarla para adaptarla a lo que realmente tenía en mente... Por esa época descubrí además las llamadas "ferias americanas", donde se podía conseguir ropa usada importada, generalmente de buena calidad y a precios sumamente accesibles; y entre lo que conseguía en ellas y lo que yo misma me cosía, fui armando un guardarropa elegante, sofisticado y profesional, pero por sobre todo, "muy YO".
Hoy por hoy algunas cosas han cambiado: tengo unos añitos más, soy una mamá y una artesana de tiempo completo (que sale muy poco de casa, además) y como consecuencia, me manejo con un presupuesto limitado. Ello implica que, más que nunca, deba apelar al ingenio y a la creatividad para vestirme de la forma que me gusta: renovar las prendas que ya poseo, ir siempre con el ojo atento por las ferias barriales y las tiendas de segunda mano, y reciclar cuanto retazo de tela aparezca por ahí.
El atuendo que les voy a mostrar hoy es un perfecto ejemplo de todo eso. Hace unos meses encontré en Pinterest un precioso vestido blanco de verano que me hechizó:
Fuente |
Debo confesar que de estos sí se encuentran actualmente en los shoppings, porque están muy de moda y porque además son frescos y prácticos ya sea para estar en casa o para ir a la playa. Pero su precio, aún en época de rebajas, no es nunca inferior a U$S 40 (a los efectos de que puedan ser comprendidos por lectoras de todos los países, de aquí en más voy a mencionar los precios en dólares americanos). Así que, tras pensarlo un poco, recordé que tenía guardada en el ropero una hermosa pollera hindú de gasa blanca con puntillas, que compré muy barata en una subasta por Internet pero que no usaba casi nunca porque era demasiado larga (¡al menos para mí, que mido apenas 1,60 m!); y también que algunos domingos atrás había conseguido en un puesto callejero una blusa sin mangas que me calzaba bien hasta la altura del busto, pero quedaba demasiado ajustada en la cintura y caderas... Solución: descosí la parte superior de la blusa y la uní a la pollera (a la que previamente le había quitado la pretina); en la espalda realicé varias costuras paralelas con hilo elástico para darle entalle, y esto es lo que salió:
Lindo, ¿verdad? (no quiero pecar de falsa modestia: ¡me gusta incluso más que el original!) Como verán, decidí agregarle algo de brillo...
...y para las tardecitas de verano en que refresca un poco, lo acompañé con un hermoso chal tejido al crochet (también comprado en un puesto callejero).
¿No les parece preciosa esta romántica chalina con vaporosos vuelos? Pues la hice yo misma de un viejo mini-vestido que tenía "para donar", siguiendo las instrucciones del video que encontré aquí... ¡y en menos de media hora! (estoy considerando seriamente realizar otras para incluir en el inventario de mi futura tienda virtual...)
COSTO DEL CONJUNTO COMPLETO
* Pollera hindú = U$S 3.50
* Blusa sin mangas = U$S 2.00
* Chal en crochet = U$S 2.50
* Chalina con vuelos = U$S 0.00
TOTAL = U$S 8.oo
Bien, con esto me despido hasta nuestro próximo encuentro creativo. Estaré compartiendo esta entrada a lo largo de la semana en:
"A Bouquet of Talent" de Life on Lakeshore Drive
"Transformed Tuesday" de PJH Designs
"Transformation Tuesday" de The Ironstone Nest
"Budget Decorating Party" de Creative Cain Cabin
"Blissful Whites Wednesday" de Timewashed
"Treasure Hunt Thursday" de From my front porch to yours
"Home Sweet Home" de The Charm of Home
"Shabbilicious Friday" de Shabby Art Boutique
"Be Inspired Friday" de Common Ground
"Feathered Nest Friday" de French Country Cottage
"Frugal Friday" de The Shabby Nest
"Show and tell Friday" de My Romantic Home
"Transformed Tuesday" de PJH Designs
"Transformation Tuesday" de The Ironstone Nest
"Budget Decorating Party" de Creative Cain Cabin
"Blissful Whites Wednesday" de Timewashed
"Treasure Hunt Thursday" de From my front porch to yours
"Home Sweet Home" de The Charm of Home
"Shabbilicious Friday" de Shabby Art Boutique
"Be Inspired Friday" de Common Ground
"Feathered Nest Friday" de French Country Cottage
"Frugal Friday" de The Shabby Nest
"Show and tell Friday" de My Romantic Home
10 comentarios:
I love this. You have a lot of talent! I would never have thought to do that to get that sweet look. This was fun!
Farmhouse hugs,
Cindy
Thanks very much for your lovely comments, Cindy... I´ve been working in several "altered", "upcycled" and "refashioned" projects, and I´m planning to present them one at a time, so there will be more of this. Anyway, what do you think? Would this light white dress be appropriated for a prairie girl? (perhaps with a denim jacket and a pair of beautiful cowgirl boots... I´m trying that look soon!) Oh, and I´m joining your party today too!
Hugs,
K.
Kassandra,this is amazing just beautiful. Clever you x
Thanks Jeannette Ann for visiting and for your sweet comments, they encourage me to keep on working in these kind of projects.
Hugs,
K.
how very beautiful! and I especially love the shawl and of course, we HAVE TO HAVE SPARKLE! lol ..well done.! hugs, lady
What a sweet surprise to have you visiting here after several days of not hearing about you... I´m glad you liked this simple outfit, and I have to say I feel incredibly fresh and "ethereal" when WEARING it!!! LOL
Please please keep in touch, my anam cara!
Blessings,
K.
Hello Kassandra,
I'm so glad to meet you and I really appreciate your words of encouragment that you wrote on my blog. I also love your pretty dress. It's so romantic and feminine. I especially love the crocheted shawl. Just Beautiful!
hugs
Sissie
Very creative and inspirational!! I will have to try this sometime. Love the boho chic look and have for some time. Just need to break out of my comfort zone!
So gorgeous!! You are so talented. I love it. Such an inspiration. I want a dress form so badly. Thank you so much for sharing with at A Bouquet of Talent. So thrilled to have you share. Have a wonderful weekend.
Hugs
Kathy
Beautiful Kassandra! I love the dress and the shawl is beautiful. You are so talented. Thanks for sharing at Transformed Tuesday. Hugs, Peggy~PJH Designs
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