¡Buen domingo, mis amigas!
Aquí me tienen otra vez, después de disfrutar una semana completa de "terapia desintoxicante" literalmente aislada en nuestro ranchito de la playa (sin internet, señal de celular ni vecinos en una cuadra a la redonda...) Sé que tal vez a algunas de ustedes se les haga difícil entender cuánto apreciamos mi familia y yo "escaparnos de la civilización" -especialmente en épocas festivas como ésta-; pero la realidad es que, ante la imposibilidad (por la distancia física) de reunirnos con nuestras familias para compartir las Fiestas tradicionales, desde hace algunos años elegimos celebrarlas en frugal intimidad y en estrecho contacto con la Naturaleza...
De ahí que aunque, siguiendo la tradición, el 8 de diciembre había decorado la casa, armado el árbol...
