...en que una, simplemente, no tiene ganas de hablar.
Días en que el ánimo predispone a la soledad...
...y a buscar en la Naturaleza el sosiego que nuestro espíritu necesita.
Pero si en alguno de esos paseos solitarios, casualmente una se encuentra con una tablita abandonada...
...una vocecita en nuestro cerebro pregunta: "¿por qué no?"; y poco después echamos mano a la lija y al pincel...
Mientras se seca la pintura, recordamos aquellos envases de cartón que siempre guardamos "porque-para-algo-servirán"...
...un recorte de servilleta de algún proyecto fallido...
...y antes de darnos cuenta, estamos recortando letras...
...para darle un empujoncito hacia arriba a nuestro ánimo.
De pronto, advertimos que la tristeza ya no nos abruma...
