¡Hola! Mi nombre es Amelia, y he sido invitada gentilmente por Kassandra para contar mi historia en su blog. Aunque por coquetería no voy a confesar la edad, si sigues leyendo pronto podrás adivinar que ya no soy una jovencita... Mis primeros recuerdos me ubican en un pueblito del interior donde trabajaba al servicio de una costurera artesanal, una de aquellas modistas "de antes" que se quemaban las pestañas desde el alba hasta bien entrada la noche sobre la máquina de coser, y de cuyas manos prodigiosas emergían prendas de factura impecable, cuidadas hasta en los más mínimos detalles -verdaderas obras de arte, si se me permite la licencia-.
La vida era bastante sencilla en ese entonces; si bien en Europa había colegas que triunfaban luciendo colecciones exclusivas...
