
Si he de ser sincera, a estas alturas de enero esperaba ya haberme contagiado de tantas colegas blogueras que empezaron el año a todo ritmo, deleitando a sus seguidoras con primorosos, originales y delicados trabajos decorativos que no me canso de admirar -y en muchos casos comentar- ni bien aparecen en la barra derecha de mi blog.
Algo tengo para decir en mi defensa: la mayoría de ellas han debido encontrar algo útil en qué ocupar las manos mientras soportan las inclemencias del invierno boreal metidas en casa, junto al fuego de la chimenea y a una buena taza de chocolate caliente; en estas latitudes, por el contrario, estamos disfrutando de temperaturas cercanas a los 40 grados, que invitan al descanso y a la diversión mucho más que al trabajo. Y si bien no soy lo que se...
