La buhardilla de Kassandra

Un santuario donde atesoro mis proyectos decorativos... y algunas otras pequeñas maravillas que enriquecen el Alma

agosto 06, 2014

Nuevos paradigmas en educación: un encuentro con Ana Thomaz

[Ana Thomaz es brasileña, educadora y madre de tres hijos; 
trabaja activamente en pro de la desescolarización de niños y adultos.]

“Desescolarizar es estar abierto a lo imposible. Nacemos llenos de posibilidades concretas, y con un mundo de imposibilidades a nuestro frente; somos lo desconocido, lo que no se puede prever. Toda la creación original parte de este criterio, de lo imprevisto. Escolarizar significa formatear, encuadrar, limitar y programar lo que no puede ser programado, impidiendo así que lo imposible se torne real, que lo nuevo suceda, que un mundo nuevo se cree”.

“En la relación con nuestros niños, necesitamos evitar esa tendencia, confiando en el poder de su naturaleza, y proporcionando el espacio que necesitan para vivir sus verdades más íntimas y profundas. Nosotros las “matamos” a los pocos años cuando los rotulamos o calificamos: «mi hijo es muy esto o lo otro» (tímido, agresivo, orgulloso…), cuando los reprimimos («no hagas eso o aquello, no seas de esa manera o de esta otra manera, no hables»), los reprendemos, juzgamos, condenamos, esperamos que se comporten de un modo específico («sé bueno, sé educado, di adiós, da las gracias, no hagas caras feas, etc. »)”

“Cada ser es único y debe ser respetado en toda su singularidad, sentirse libre de coacción y no estar ahí para cubrir las expectativas de nadie, tampoco de la sociedad. Dejemos que nuestros hijos sean lo que son, sin cuestionar si eso es bueno o malo, acertado o equivocado. Así, permitimos que la creación acontezca en su plenitud, y que lo imposible se torne real a través de ellos.”

“Para nosotros, los padres, adultos plenamente escolarizados y esquematizados, el ejercicio de desafío es volver a ser libres. Anular nuestras reacciones automáticas cargadas de prejuicios y creencias arraigadas, la herencia de miedo y control que recibimos de nuestros padres, y estar abiertos para confiar totalmente en nuestra historia, dejando que ella fluya y se desenvuelva sin represiones. Tenemos que abandonar los viejos patrones y expectativas. Aceptar la aventura de estar sumergidos en el presente, sin esperar garantías o temer castigos. Debemos tener la receptividad y el coraje necesarios para que lo nuevo se cree. Eso, por sí solo, no es una tarea fácil y exige lo máximo de nuestra entrega como seres humanos dispuestos a transformarse.”

“Durante muchos siglos estuvimos aprisionados en la fase del conocimiento, según Espinoza, cuando encuadramos todo lo que vemos en la medida de lo que ya conocemos; a esto él le llama fase de la consciencia, que debe ser traspuesta para poder inaugurar la fase de creación. Durante nuestro encuentro fuimos invitados a reflexionar en conjunto sobre nuestras prioridades, y a pensar hasta dónde estamos dispuestos a modificar nuestros hábitos para operar los cambios que queremos en el mundo para nuestros hijos.”

“Mientras tanto, los niños se involucran con la naturaleza y la atmósfera, descubren el mundo por medio de los sentidos, en perfecta alineación corporal, respetando sus propios ritmos, instintos y deseos, con la seguridad de que estarán bien cuidadas y atendidas sus necesidades. No es necesario que alguien los guíe en sus actividades; su curiosidad innata hace que avancen naturalmente rumbo a la integración y al conocimiento. Nosotros conversamos y reafirmamos que la institución escolar es un lugar de estandarización, donde no hay sitio para que las individualidades florezcan. El ritmo es dictado por el más rápido, el tiempo está mecánicamente dividido, el cuerpo pierde su alineación natural, siendo obligado a pasar tantas horas por día en posiciones incómodas, sin libertad para ir, venir y expresarse, y para los verdaderos descubrimientos.”

“Ahora ya sabemos todo eso, sabemos lo que no queremos. Por tanto, de aquí en más lograr algún cambio es un camino arduo. Tenemos un futuro abierto por delante, y lo que vendrá está en nuestras manos, por lo menos esperamos poder contar con esa autonomía. No es del día para la noche que se modifica un sistema que ya opera desde hace más de 500 años. No tenemos la pretensión de convencer a nadie, sólo esperamos encontrar el mejor camino y que nos sea devuelto el derecho de decisión sobre nuestras vidas y las de nuestros hijos. Sabemos que en este sendero no hay garantías, en cuanto vamos en sentido perpendicular al del orden establecido. Sólo seguimos con la confianza de que tal vez la unión sea el camino más probable, por eso vamos uniendo ideas, nutriendo sueños, regando esperanzas, para que con suerte un día podamos compartir la cosecha. Hasta ahora, sabemos que es preciso crear espacios y situaciones ricas para el aprendizaje, en conjunto con la comunidad, en un sistema de vida integrado. No queremos morir ni matar a nuestros hijos de hambre de conocimiento. Sólo queremos el derecho de escoger qué comer y cuándo, de acuerdo con la naturaleza de cada uno, y que podamos ser cada vez más nosotros mismos, para componer un mundo cada vez más rico y abierto a la diversidad.”

[Tomado del blog “Vivendo y aprendendo”: www.vivendo-e-aprendendo.com/2011/06/26/encontro-com-ana-thomaz/. Los subrayados son originales, la traducción es nuestra.]

3 comentarios:

Lady of the Woods dijo...

This is beautiful, perfectly expressed, thank you for sharing it. It is important we rethink how our children are being raised, by whom and how....Nature is the way for children to grow up knowing the Mother provides for them in Spirit and Body and Mind...the physical Mother must guide them in this way of the soft path.

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La Desmesurada dijo...

Muy interesante Kass. Es una visión roussoniana de la educación con la cual coincido filosóficamente aunque, debo reconocerlo, soy naturalmente más "directiva" y lucho contra las ideas aprendidas y los impulsos de controlar el aprendizaje de Camilo. Una cosa es segura: como alumna y como docente tengo muy en claro que toda la información que se considera tan valiosa para acreditar el pasaje de una etapa a otra del aprendizaje, se olvida tan pronto como se abandona la institución. No soy de las que cree en el valor de una cabeza informada, para mi hijo quiero una cabeza capaz de pensar y un corazón capaz de sentir. Besos!

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Decosurvintage dijo...

Desde luego un artículo muy interesante y a tener en cuenta,aunque es difícil de llevar a la practica una vez que los chicos andan en la rueda educativa impuesta desde la infancia.
Desde luego el ideal educativo seria el expresado anteriormente,no tan encorsetado sino respetando las individualidades de cada uno.
Besos y feliz día

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