La buhardilla de Kassandra

Un santuario donde atesoro mis proyectos decorativos... y algunas otras pequeñas maravillas que enriquecen el Alma

octubre 23, 2012

Nuestro temor más profundo


Un mensaje inspirador, 
en la voz de Marianne Williamson... 
Tal vez sea hora de dejar brillar 
nuestra auténtica Luz interior.
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octubre 10, 2012

Momentos...


Circula por ahí una frase que se le atribuye al actor James Dean, ícono de la rebeldía juvenil del Hollywood clásico: "Sueña como si fueras a vivir para siempre; vive como si fueras a morir hoy". Lo cierto es que Dean, como muchos otros -artistas, deportistas o personas comunes y corrientes- no escapó a la máxima que mis Guías me enseñaron hace tiempo: el que vive demasiado rápido, muere demasiado pronto...

En El encanto de la vida simple, Sarah Ban Breathnach nos cuenta sobre la obra de teatro de Thornton Wilder "Our town", y en particular acerca de una escena profundamente conmovedora que se desarrolla en un cementerio. "Los espectros consuelan a la joven heroína que ha fallecido recientemente, mientras daba a luz. Emily, anhelando aún la vida que acaba de abandonar, desea revivir un día cualquiera de su vida. Cuando hace realidad su deseo, se da cuenta de las muchas cosas que los vivos no aprecian en su justa medida."

Es lamentable, pero al parecer tenemos que encontrarnos al borde de la muerte (sea por una enfermedad, un accidente o simplemente por vejez) para darnos cuenta de todos los preciosos momentos "insignificantes" que dejamos pasar casi sin notarlos, mientras nos afanamos persiguiendo grandes metas a futuro o atormentándonos con recuerdos perturbadores del pasado... ¿Cuántas vidas nos llevará aprender que tanto o más importante que llegar a destino, es ir disfrutando de los múltiples paisajes que aparecen a los lados del sendero?

Por eso, al menos hoy, elijo hacer una pausa en el rosario de actividades cotidianas y saborear mis MOMENTOS: la inspiradora musicalidad de un poema, el bello dibujo azul de mi taza de té (¿adónde irá esa diligencia tan cargada? ¿estará llegando o partiendo de ese acogedor pueblito de casas rústicas?), el suave y tibio pelaje de mi gata, la deslumbradora sencillez de la ropa blanca secándose al viento, el regalo de una ducha refrescante en un día caluroso, el olor único de mi bebé cuando me abraza...


 "Por si no lo saben de eso está hecha la vida, sólo de momentos; no te pierdas el ahora"
JORGE LUIS BORGES
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octubre 02, 2012

El mapa de los sueños

Muchos han oído hablar de la película "El Secreto", y de cómo funciona la Ley de Atracción. Básicamente, se trata de expresarle al Universo nuestros deseos (en la forma más precisa y concreta posible), y luego generarnos la actitud positiva y la confianza para atraer energéticamente aquello que deseamos. En tal sentido, doy fe de que una de las herramientas más poderosas de visualización es el "mapa de los sueños" (otros lo llaman "tablero de visión" o "panel de los deseos"; no hay una denominación estricta, puedes llamarlo como a ti te suene mejor). 


Se trata de una plancha de corcho, cartón o cartulina, decorado de la forma y color que prefieras -el mío es amarillo brillante- donde irás colocando símbolos que representen todas aquellas cosas que anhelas lograr en la vida, desde objetos materiales hasta relaciones personales, prosperidad económica, la casa o el empleo ideales o la mascota que buscas. Para realizarlo, es conveniente que te tomes un tiempo a solas, sin interrupciones de otras personas o del teléfono; pon una música suave, si es de tu agrado enciende un sahumerio u hornillo de aromaterapia, y procura entrar en un estado de relajación que te permita conectar con el lado derecho de tu cerebro, que es quien gobierna la intuición y la visualización creativa.

¿Qué puedes incluir en tu mapa de los sueños? En principio, IMÁGENES, sean fotografías, recortes de revistas o láminas bajadas de Internet; lo importante es que sean muy claras y tengan directa relación con lo que tú deseas. También puedes añadir PALABRAS que reafirmen la idea de las imágenes, y que escribirás o recortarás en caracteres bien visibles; en mi caso, decidí acompañar las imágenes con AFIRMACIONES POSITIVAS relacionadas con cada uno de los diferentes aspectos de la vida que deseo mejorar. Recuerda expresarte en tiempo presente y ser totalmente asertivo y detallista (no digas, por ejemplo, "Hago un viaje", sino "Viajo a España durante un mes con mi mejor amiga, conozco muchos sitios históricos y lo paso genial"). Utiliza tantas láminas, palabras y frases como gustes, o bien una sola si eliges focalizar tu atención en un aspecto particular. 

Otro ejemplo de panel de los deseos
Una vez que tenemos completo nuestro tablero, es importante colocarlo en un lugar visible, y tomarnos unos minutos cada día para observarlo e ir programando paulatinamente el subconsciente a través de las imágenes y frases que contiene (si vives con otras personas y no quieres que se enteren de tus deseos, utiliza un cuaderno o carpeta resistente de tipo escolar, que puedes cerrar y guardar o llevar contigo adonde vayas). O puedes  también editar un video o presentación de diapositivas y tenerlo en tu computadora para verlo a diario (puedes encontrar un excelente ejemplo aquí). Es además una actividad muy recomendable para enseñar a los niños -que de por sí adoran recortar y pegar-, ya que al mismo tiempo que se divierten, estamos trasmitiéndoles una forma muy efectiva de enfocar su energía para lograr cosas positivas.
 
No desesperes si tus pedidos no se materializan de inmediato: recuerda que "todo llega en el momento y lugar precisos". Igualmente, te aseguro que en menos tiempo del que supones, los sueños representados en tu mapa comenzarán a manifestarse en formas totalmente sorprendentes...

Mi propio mapa de los sueños

PD: Recuerda que el Universo interpreta tus deseos en forma  bastante literal, así que intenta ser lo más específico posible en las imágenes que eliges. Leí en otro blog acerca de una persona que puso la foto de un auto rojo, y cuando finalmente lo obtuvo, notó que cada vez que salía en él la seguía un gato blanco; no comprendió la situación hasta que, al fijarse en su mapa de los sueños, observó que en la foto, junto al auto, había un gato idéntico... (lo creas o no, por las dudas toma tus recaudos!)
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octubre 01, 2012

Compartiendo tesoros (2)

Fuente: fairycafeandgarden.blogspot.com

¡La primavera está por fin entre nosotros! No es nuevo para nadie que me conozca un poquito, el hecho de que mis ritmos vitales -ya bastante parsimoniosos por naturaleza- se ralentizan aún más en los meses de invierno, como si mi entusiasmo y creatividad decidieran "hibernar" junto al fuego de la estufa, acunados en una taza de chocolate caliente, una labor de crochet a medio hacer y algún libro de esos que reconfortan el Alma; pero estos días hermosos de sol radiante, temperaturas tibias, tempraneros gorjeos de pájaros en la ventana y fragancia de flores en el aire, invitan hasta al más lerdo a sacudirse la modorra y poner manos a la obra...

Debo confesar que aún cuando a menudo no hallara energía para escribir en mi propio blog durante los meses pasados (no es que no tuviera nada que decir, es sólo que la perspectiva de obligarme a PENSAR, a hilvanar ideas y ponerlas en un párrafo resultaba demasiado abrumadora para mi aletargado cerebro), me mantuve en cambio bastante al día con los creativos aportes de las blogueras a quienes sigo, e incluso me permití realizar alguna que otra exploración por terrenos desconocidos, siempre en busca de almas afines con quienes compartir -aunque sea por este medio "virtual"- nuestros gustos, aficiones y estilos de vida. Y fue precisamente en una de esas excursiones por el ciberespacio, cuando acerté a encontrar a una mujer que desde entonces se ha constituido en una inesperada y prolífica fuente de inspiración para mi vida. 

Fuente: fairycafeandgarden.blogspot.com
Se hace llamar Lady of the Woods (que traducido al español significa "Dama de los Bosques") y su mágico blog "Fairy Cottage and Garden" -que me he recorrido casi de punta a punta-, además de constituir un auténtico tesoro de sabiduría, belleza y profunda espiritualidad, también está salpicado de consejos prácticos para hacer nuestra vida más saludable, estimulante y armoniosa respecto del entorno y la Naturaleza. Todo lo que he aprendido de esta maravillosa y polifacética dama -con quien siento una extraña conexión gracias a una serie de asombrosas sincronicidades que he descubierto entre ambas- excedería en mucho el contenido de una sola entrada; por eso, a cuenta de una futura ampliación, hoy quiero compartir puntualmente una filosofía vital que en realidad siempre he profesado pero que -gracias a mi nueva amiga- he conseguido definir y enriquecer notablemente: la de preparar en casa productos de limpieza y cuidado personal.

El objetivo central en este caso es vivir una vida más NATURAL, intentando prescindir de los químicos que suelen atiborrar nuestra vida diaria y reemplazarlos por productos más saludables, ecológicos y económicos (¿por qué seguir sustentando con nuestros limitados presupuestos las cuentas bancarias de poderosas industrias químicas, si podemos obtener incluso mejores resultados usando lo que la Madre Naturaleza nos proporciona?). Para ser franca, cuando comencé a indagar sobre estos temas, me resultaba bastante difícil creer que elementos sencillos como el bicarbonato, la maicena o el vinagre -que todas solemos tener en nuestras cocinas- pudieran reemplazar con eficacia a los espumosos, perfumados (artificialmente) y supuestamente tan avanzados productos de limpieza y tocador que se disputan nuestra atención desde las góndolas del supermercado y atiborran las tandas comerciales de televisión con sus ofertas (generalmente apelando al MIEDO y a la CULPA de las mamás: "¿vas a permitir que tus hijos pasen tantas horas en ambientes cuajados de gérmenes nocivos que pueden provocarles cualquier clase de terribles enfermedades?") Por eso resolví apelar a la experimentación directa, involucrando de paso a mi compañero, a mi hijito y a los chicos del residencial -aunque no todos ellos sepan exactamente con qué han estado lavando su ropa los últimos dos meses ;)-. A continuación paso a explicar algunas recetas, así como los resultados que he obtenido al aplicarlas.
  • JABÓN EN POLVO PARA LAVARROPAS.- Rallar o procesar una barra de jabón común de lavar a mano (la marca que prefieras, yo uso uno muy conocido que está compuesto 100% de glicerina natural); una vez bien desmenuzado, agregar una taza de carbonato de sodio (también llamado ceniza de soda -no confundir con bicarbonato de sodio) y una taza de borato de sodio (bórax) -ambos se compran por kilo en farmacias o droguerías a un precio muy accesible- y mezclar bien. Agregar unas 30 gotas de aceite esencial a gusto -yo usé romero, y le deja a la ropa limpia una fragancia exquisita!- y colocar en un bollón o recipiente hermético. Se usa únicamente dos cucharadas por lavado (tres, si el lavarropas está muy cargado). 
Fuente: www.greatoakcircle.com
RESULTADOS: A pesar de mi desconfianza inicial, resultó en verdad fantástico; limpia perfectamente y quita la mayor parte de las manchas incluso en ropa muy sucia, no daña los colores y realza bastante los blancos. Además como se usa en pocas cantidades, dura varias veces más que el jabón en polvo comprado, lo cual lo hace realmente económico.

Fuente: www.onegoodthingbyjillee.com
VARIANTE: En Internet encontré una receta que combina los mismos ingredientes pero en un proceso de cocción, para obtener un jabón de lavar líquido. El proceso resumido sería así: rallar el jabón en barra en una olla, agregar ocho tazas de agua y llevar al fuego hasta que todas las partículas de jabón se derritan por completo. Añadir el carbonato de sodio y el bórax, y mezclar bien sin sacar de la hornalla. Cuando alcanza una consistencia cremosa, retirar y repartir equitativamente en tres botellas plásticas de dos litros, rellenando el resto de cada botella con agua caliente del grifo. Sacudir vigorosamente y dejar descansar toda la noche. Se usa aproximadamente media taza por cada lavado. La ventaja de este método sería que se logra una mayor cantidad de jabón y por tanto rendiría más lavados, pero no puedo dar fe de su resultado porque aún no lo he probado personalmente.
  • BLANQUEADOR PARA ROPA (TIPO "OXYCLEAN").- Hallé esta receta aquí, y me pareció interesante probarla en unas piezas de ropa de cama antigua que conseguí en mis habituales "cacerías de tesoros", y que estaban algo amarillentas de permanecer guardadas. Mezclé media taza de carbonato de sodio (el mismo que uso para fabricar el jabón) con media taza de peróxido de hidrógeno -el agua oxigenada que guardamos en el botiquín de primeros auxilios-. Cargué el lavarropas con agua caliente, le agregué el jabón en polvo casero de costumbre y la mezcla de peróxido y carbonato de sodio; hice girar el tambor varias veces para que la preparación impregnara toda la ropa, y luego apagué el lavarropas, dejando el lavado en remojo por toda la noche. Al otro día continué con la secuencia normal de lavado, y tendí al sol.
Fuente: allpartsforahappyhome.com
RESULTADOS: Las sábanas quedaron muy blancas y relucientes, además desaparecieron algunas pequeñas manchas de "guardado" que presentaban. Por haberlo intentado una sola vez, no me atrevo aún a recomendar esta receta; prefiero realizar algunas pruebas más (siempre aparecen esas viejas servilletas y fundas necesitadas de blanqueo) y después les cuento...
  • PASTA DENTAL CASERA.- Este fue uno de los puntos en los que todos en la familia nos mostramos algo escépticos dado nuestro acostumbramiento a los dentífricos comerciales, con su abundancia de flúor y su "sensación de frescura" (que se logra con saborizantes artificiales y no necesariamente es sinónimo de limpieza bucal...) Sin embargo, cualquiera que esté en condiciones de hacer una pequeña búsqueda por Internet descubrirá que -contrariamente a lo que cacarea la publicidad- el flúor no solamente no es imprescindible para nuestros dientes, sino que su uso prolongado provoca debilitamiento del esmalte y de los huesos, y puede llegar a ocasionar descalcificación y osteoporosis (información resumida e interesante aquí). Por eso me puse en campaña para encontrar una receta natural de pasta dental casera, y de todas las que hallé, hasta ahora probé la siguiente: mezclar tres cucharadas de aceite de coco precalentado (para que adquiera consistencia líquida) y tres cucharadas de bicarbonato de sodio. Añadir unas 25 gotas de esencia de menta y 2 sobrecitos de Stevia en polvo; estos últimos ingredientes son opcionales y tienen simplemente la finalidad de darle un sabor diferente a la pasta. Mezclar muy bien y guardar en un recipiente hermético (mi compañero tuvo la idea de lavar muy bien un tubo de pasta convencional y rellenarlo con la mezcla casera utilizando una pequeña manga de repostería... todo un ejercicio de paciencia, pero resulta práctico a la hora de colocar la pasta sobre el cepillo). 
Fuente: frugallysustainable.com
RESULTADOS: Aquí debo hacer dos precisiones derivadas de mi propia experiencia. En cuanto a la higiene bucal en sí misma, el resultado es excelente; los dientes se ven limpios, brillantes y saludables. El primer problema se presentó respecto del sabor: a pesar de la esencia de menta y la stevia, mi sentido del gusto tardó más de una semana en acostumbrarse al sabor salobre del bicarbonato (aunque debo ser honesta: al preparar la receta me pareció que quedaba demasiado "líquida" -el aceite de coco estaba aún tibio- así que le agregué un poco más de bicarbonato... probablemente ello haya determinado que su sabor prevalezca frente al de los saborizantes utilizados). Igualmente, en principio extrañábamos el efecto psicológico de "aliento fresco" característico de las pastas convencionales, así que recurrimos a la creatividad: en una botella de medio litro mezclamos agua mineral con unas 40 gotas de esencia de menta -del tipo que se usa para saborizar comestibles, y que contiene alcohol en su composición-; añadimos una gota de colorante alimenticio verde (para darle un poco más de "vista"), y así obtuvimos un enjuague bucal casero que usamos inmediatamente después del cepillado, y que hasta ahora nos viene dando excelentes resultados. El otro tema es un poco más delicado: durante los primeros días, noté que mis encías sangraban mucho más de lo normal al cepillarlas con la fórmula casera. Esto me alarmó, casi hasta el punto de abandonar el intento; pero investigando en la red acerca del tema, aprendí que la hemorragia gingival -sangrado de encías- es un síntoma de una enfermedad llamada gingivitis, la que aparece como consecuencia de la acumulación de placa bacteriana en el margen de las encías (por más información pincha aquí). "Lo habitual es que al ver la sangre nos dejemos de cepillar, que es justo lo contrario de lo que debemos hacer. Al abandonar el cepillado, la situación empeora y la inflamación aumenta, haciéndose el cepillado cada vez más molesto, con lo que se entra en un círculo vicioso que es preciso romper. El cepillado, suave y mantenido, en unos días hará desaparecer la inflamación y el sangrado en la mayoría de los casos", decía la página en la que me informé. Así que en vez de volver a las pastas dentales convencionales (que al parecer no habían sido muy eficaces impidiendo el desarrollo de la gingivitis), opté por continuar con el tratamiento natural y prolongar las sesiones de cepillado, incluyendo meticulosamente a las encías en el proceso; y un mes y medio más tarde, puedo afirmar con alivio que el sangrado prácticamente ha desaparecido.
  • DESODORANTE CORPORAL.- Lady of the Woods propone una sencilla fórmula para elaborar nuestro propio desodorante en crema: mezclar una cucharada de bicarbonato de sodio, una cucharada de maicena y una cucharada de aceite de coco a temperatura ambiente, y añadirle aceites esenciales a gusto para otorgarle una delicada fragancia. Guardar en un recipiente pequeño con cierre hermético.
Fuente: fairycafeandgarden.blogspot.com
RESULTADOS: La consistencia de este desodorante es suave y cremosa, y los aceites le otorgan una untuosidad y un aroma exquisito. No mancha la ropa (a pesar de que se pudiera suponer lo contrario por el aceite de coco), resulta extremadamente económico en comparación con los desodorantes comercializados y además es de larga duración -supongo que depende del tipo y volumen de transpiración de cada persona; a mí me basta con usarlo día por medio para sentirme fresca y protegida de olores indeseados-. Definitivamente, recomiendo esta receta.
  • Y para el final, la estrella de este apasionante experimento: LAVADO DEL CABELLO SIN CHAMPÚ.- Sí, puedo imaginarme la expresión de quienes lean esto y no estén familiarizados con el tema, ya que yo misma puse cara de asco la primera vez que oí sobre este método... No obstante, tras investigar algunos productos que consumimos habitualmente, empecé a poner en tela de juicio ciertos mitos y pautas culturales que repetimos en forma automática pero que carecen de beneficios reales, cuando no disfrazan directamente efectos nocivos para nuestra salud y bienestar. Por ejemplo, el champú que nos venden en las perfumerías (y que publicitan sensuales modelos con sedosas cabelleras resplandecientes -gracias a ingeniosos efectos de luz y abrillantadores aplicados segundos antes de efectuar las tomas-) está compuesto por un gran número de productos químicos, cuya función es "limpiar" nuestro cabello barriendo su oleosidad natural y darnos una sensación de mayor higiene a través de aditivos que crean abundante espuma y perfumes intensos que nos evocan la sensualidad de esas melenas de ficción. Y después -en vista de que el "lavado" dejó el cabello enredado e inmanejable- se hace necesario usar un acondicionador igualmente artificioso, que reemplaza el aceite natural faltante del cabello por otro sintético, generalmente siliconado, a fin de desenredarlo y volverlo "fácil de peinar". Pero el cuero cabelludo -diseñado, como el resto de nuestro organismo, con una sorprendente capacidad de regeneración- detecta la falta de su oleosidad propia y trata de compensarla generando más grasitud, lo cual nos provoca sensación de suciedad y por consiguiente implica repetir todo el proceso cada vez con mayor frecuencia, hasta llegar a la costumbre actual de muchas personas que lavan su cabello a diario... Ahora, ¿sabían ustedes que el bulbo piloso contenido en la raíz del cabello puede tardar hasta 72 horas en secarse completamente después de cada lavado? (si no lo sabían, pregunten a un estilista de su confianza y con una adecuada formación teórica). Bueno, el caso es que si nunca dejamos que se seque del todo porque estamos lavándonos el pelo una y otra vez, llega un momento en que el folículo piloso se empieza a debilitar y acaba por caerse... El caso es que después de aprender todo esto, no podía continuar tragándome la píldora de los "milagrosos" champúes y cremas acondicionadoras que nos venden las glamorosas señoritas de la pantalla. Así que era hora de buscar alternativas ecológicas y saludables para mi cabello; pero cuando empecé a googlear en busca de las mismas, no pude menos de asombrarme con lo que algunas personas proponían: bicarbonato de sodio y vinagre de manzana. "¿Perdón? ¿Sacar productos para lavarme el pelo DE LA COCINA?", exclamé casi a gritos. Sin embargo, los testimonios eran tantos y tan abrumadores (con fotos de ANTES y DESPUÉS incluidas) que no perdía nada con intentar... La cosa es así: en un frasco de plástico -son ideales los de tintura para el cabello que vienen con pico aplicador, pero cualquier otro sirve también- se mezcla una cucharada de bicarbonato con una taza de agua muy caliente, y se agita bien hasta lograr que el bicarbonato se disuelva por completo. Luego, en otro frasco, se mezclan una o dos cucharadas de vinagre de manzana con una taza de agua fría. Una vez en la ducha, se debe mojar por completo el cabello, e ir aplicando la solución de bicarbonato en el cuero cabelludo por sectores, masajeando en profundidad cada zona. Enjuagar abundantemente, y entonces aplicar la solución de vinagre de manzana únicamente en largos y puntas; desenredar, dejar actuar unos minutos y enjuagar con agua lo más fría posible (el agua fría en el último enjuage "cierra" las cutículas del cabello y disminuye el frizz).
Fuente: bonzaiaphrodite.com
RESULTADOS: Sencillamente INCREÍBLES!!! Admito que la primera vez me sentí muy extraña, incluso ridícula: ¿cómo era posible que aquello me limpiara y desengrasara el cabello -un cabello largo, abundante y naturalmente graso- si ni siquiera hacía espuma? Y ni hablar del "olor a ensalada" que me inundó al aplicarme el vinagre... (por cierto, desaparece apenas lo enjuagas). La primera sorpresa fue al peinarme bajo la ducha: francamente, al no contar con la cremosidad del acondicionador, pensé que iba a resultar una tarea engorrosa; pero para mi asombro el pelo parecía desenredarse mágicamente, incluso con menos esfuerzo y notoriamente menor número de cabellos "perdidos" en el proceso. Luego, al secarse, noté que se veía absolutamente limpio, sedoso y brillante, con una caída suave y natural y una tonalidad luminosa que hacía tiempo no lucía... Algunas personas advierten que el método puede requerir un "proceso de desintoxicación" de los químicos contenidos en el champú convencional, y que durante el mismo -que suele durar de dos a cuatro semanas- el cabello podría verse grasiento u opaco. Debo decir que ese no es mi caso: tal vez fuese que mi cuero cabelludo no estaba TAN intoxicado (desde hace bastante tiempo suelo lavarme el cabello solamente de dos a tres veces por semana), pero el cambio positivo fue evidente desde el primer lavado y se ha venido incrementando a lo largo de los dos meses que llevo ya "libre de champú" -y al parecer no sólo yo lo noto, dado que he recibido varios cumplidos por mi cabello en las últimas semanas!-.

Bueno, hasta aquí llegué por hoy, aunque sigo en proceso de investigación sobre nuevos productos, así que probablemente no sea la última vez que toque el tema. Si se animan a probar alguna de las fórmulas que compartí con ustedes, me encantaría que me lo hicieran saber... Hasta entonces les dejo un gran abrazo y mis bendiciones.


PD: Como podrán ver, era tanto mi entusiasmo por probar las fórmulas de limpieza "a la antigua" que se me olvidó fotografiar los diferentes procesos mientras los preparaba (además, nobleza obliga: al no estar segura de los resultados, en principio ni siquiera pensé hablar sobre ello en el blog...) De ahí que para ilustrar un poco este post haya debido recurrir a imágenes de las páginas web donde encontré las recetas; espero sepan comprender y disculpar con benevolencia mi falta de previsión al respecto, y agradezco a todos aquellos cuya generosidad permite acceder a tan ilustrativas fotografías.
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